Preguntas Frecuentes sobre AcroYoga
¿Qué es el AcroYoga?
La respuesta corta (y toda una perogrullada) es que el AcroYoga es la combinación de Yoga y acrobacia en pareja.
La respuesta larga es… interminable, y tiene tantas vertientes y variaciones como practicantes. Aquí simplemente está lo que el AcroYoga es para mi.
El AcroYoga es una práctica de movimiento inspirada, entre otros, en el Yoga, diferentes prácticas acrobáticas (gimnásticas, circenses, marciales o de danza), el masaje tailandés y otras prácticas terapéuticas, diversos tipos de baile (desde la danza contemporánea al break-dance)… y que, como práctica orgánica que es, sigue en constante evolución.
Es una práctica divertida, emocionante e inspiradora, que tiene la capacidad de transformar tu cuerpo, tu mente y tu forma de relacionarte con las personas. El AcroYoga combina elementos físicos de fuerza, flexibilidad, equilibrio, propiocepción, consciencia corporal, movilidad, coordinación y agilidad, con componentes mentales y emocionales, como el desarrollo de la confianza (en uno/a mismo/a y en los/as demás), la diversión y el juego, la sorpresa, la autoestima, la empatía o la superación de miedos, límites y creencias. El AcroYoga es una práctica social y colaborativa: necesitas a más personas para poder practicarla. Te permite aprender a comunicarte de manera más empática y asertiva, a escuchar con todo tu cuerpo y toda tu atención, a trabajar en equipo, a apoyarte en los demás y dar tu apoyo, a conectar profundamente con otras personas.
Es una práctica creativa, donde puedes explorar e inventar. Donde construir y crear. Es una forma de expresión a través del cuerpo. Es una invitación a jugar como un niño, a reír, a sentir y fluir, a volar.
AcroYoga es descubrir que eres capaz de hacer todo aquello que te propongas.
AcroYoga es estar en el momento presente en equilibrio con otra persona.
AcroYoga es unión.
Pero… todo esto son solo palabras dirigidas a tu cerebro. Para realmente entenderlo, ¡lo mejor será que lo pruebe tu cuerpo!
¿Necesito saber o practicar Yoga para hacer AcroYoga?
¡Para nada! No es necesario tener ningún tipo de experiencia en Yoga.
Por supuesto, el Yoga ayuda a desarrollar la consciencia corporal, la flexibilidad, a conectar con tu cuerpo y tu respiración… y todas estas cosas te ayudarán a la hora de hacer AcroYoga (del mismo modo que cualquier experiencia que tengas en cualquier deporte o práctica de movimiento).
Es probable que en las clases de AcroYoga aprendas algo de Yoga, y que esto te haga querer profundizar más en el Yoga.
Toda la parte acrobática me llama mucho, pero no me interesa para nada el Yoga. ¿Puedo hacer AcroYoga?
Se llama “AcroYoga” porque el Yoga es el 50% de la ecuación. También hay personas que se preguntan dónde está ese 50% yogi, pues solo ven la parte acrobática (que es la más espectacular y la que normalmente sale en las fotos y vídeos). El Yoga es una filosofía de vida, una disciplina espiritual. Yoga es una actitud. Por eso, el Yoga puede ayudarnos en los momentos en los que nuestro ego toma el poder y comenzamos a obsesionarnos con “ser mejor que”, con el número de seguidores en Instagram, con conseguir hacer tal truco… y perdemos de vista la razón principal por la que practicamos AcroYoga.
Si esto no te dice nada o te suena a tontada hippy, tal vez el AcroYoga no sea para ti en este momento de tu vida.
¿Necesito estar “en forma” para hacer AcroYoga?
Lo único necesario es tener la mente abierta y ganas de probar. Por muy “baja forma” que tengas, te aseguro que es más fácil hacer tu primera postura de AcroYoga que convencerte de que sí que eres capaz. Aunque cierta flexibilidad y fuerza te harán el camino más fácil, el AcroYoga se puede adaptar a cada persona, es una práctica tremendamente accesible y adaptable.
El AcroYoga es tan divertido, que desarrollarás fuerza y flexibilidad rápidamente, y sin casi darte cuenta de que estás “haciendo ejercicio”.
¿Necesito ser muy flexible para hacer AcroYoga?
Al igual que con el Yoga, la flexibilidad no es un prerrequisito para hacer AcroYoga, sino una consecuencia de la práctica. La práctica consistente de AcroYoga hará que aumentes mucho tu flexibilidad, ¡te lo prometo!
Sí que es verdad que para ser base en “L-basing” (“baseo en L”, postura en la que la base está tumbada de espaldas en el suelo, con las piernas en alto y totalmente extendidas, con una flexión de 90º en la cadera), será necesario cierta flexibilidad en la cadena posterior (isquio-tibiales y gemelos principalmente). En este caso, te recomiendo que coloques un soporte adecuado debajo de tu sacro (una esterilla enrollada, un cojín, algún tipo de cuña), de manera que tus pies puedan quedar justo encima de la cadera, con la máxima extensión posible de rodillas. ¡Pero también hay otras posturas en las que hacer de base!
Como volador/a, tampoco es necesario que seas contorsionista. Poco a poco irás aprendiendo a relajar la musculatura, aprendiendo a estar activo/a en vez de tenso/a, e irás ganando flexibilidad poco a poco.
Por el contrario, si eres muy flexible, eso tampoco va a garantizar que el AcroYoga te vaya a resultar súper fácil. Por una parte, necesitas suficiente fuerza para sostener tu flexibilidad, de manera que evites lesiones. Esto es especialmente así si tienes una hiper-extensión en las rodillas o en los codos, o cualquier articulación hiper-laxa con tendencia a luxarse. Si este es tu caso, el AcroYoga te ayudará a ganar consciencia de tu centro y fuerza en la musculatura que estabiliza las articulaciones, especialmente el cinturón escapular y pélvico.
No sé si me creo eso de que “cualquiera” puede hacer AcroYoga… ¿Seguro que no hay ninguna contraindicación?
Sí, cualquier persona puede hacer AcroYoga, en alguna de sus formas. El AcroYoga es una práctica versátil, que incluye un rango de técnicas y movimientos tan amplio que sí, cualquiera puede practicarlo. Es posible que cualquiera no pueda hacer un Hand2hand, o dominar el Ninja Star. Pero para mí la característica fundamental del AcroYoga es la conexión, el juego y la consciencia, y eso sí es accesible para todos.
Algunos ejemplos inspiradores son, por ejemplo, Peter Greenwood, que practica AcroYoga con una pierna prostética, Andrew Cohen, sordo y prácticamente ciego, o la maravillosa experiencia que pueden tener personas en silla de ruedas, como Samanta Bullock, o personas discapacitadas.
El AcroYoga, al igual que el Yoga, se adapta a la persona. No al revés.
Sin embargo, sí que se deben tener en cuenta ciertas cosas:
- Si para ti es un problema el tener que tocar a gente o que te toquen… tal vez el AcroYoga no sea para ti (o tal vez puedas usarlo como terapia 😉 ).
- Si tienes vértigo o la tensión arterial alta (o muy baja), seguramente deberías evitar las posturas invertidas o el rol de volador/a.
- Si tienes hernias discales, lesión en la articulación sacro-ilíaca o alguna cirugía reciente, es mejor que consultes con tu médico o fisioterapeuta, y que, en caso de practicar AcroYoga, lo hagas con mucha cautela, siempre escuchando tu cuerpo.
- Si estás embarazada, tal vez no sea el mejor para empezar a hacer AcroYoga por primera vez. Si ya eres una experimentada acroyogini, el embarazo no debería ser un impedimento para que puedas continuar con la práctica con ciertas precauciones.
Sobre las clases:
¿Necesito tener pareja o ir con un acompañante a las clases?
¡No! Aunque necesitas al menos a otra persona más para practicar AcroYoga, no es necesario que vengas con una pareja a las clases (ni a las jams). Incluso aunque vengas acompañado/a, normalmente practicamos AcroYoga en grupos de 3 o 4 personas, de manera que además de base y volador/a, haya spotters o cuidadores que os ayuden a trabajar de forma segura y avanzar en las técnicas más complejas. En las clases, es normal ir cambiando los grupos y probando con diferentes personas. Además, te beneficiarás mucho de trabajar con diferentes cuerpos, y desarrollarás una mejor técnica, al entender cómo has de adaptar los movimientos y figuras a cada cuerpo.
Es comprensible que te sientas más cómodo/a al trabajar con alguien conocido, pero ¿todo esto del AcroYoga no era para expandir tu zona de confort? Si deseas trabajar de forma exclusiva con tu pareja durante una clase, háblalo con tu profesor/a, y ten en cuenta que, como mínimo, tendréis a una tercera persona en vuestro grupo.
Voy a ir a mi primera clase de AcroYoga, ¿qué puedo esperar?
En principio, va a depender un poco de qué tipo de clase sea: si se trata de una clase de iniciación, una clase multinivel, un intensivo dentro de un festival o retiro… En caso de duda, siempre puedes preguntar al/a la profesor/a sobre el programa de la clase y sobre si el nivel es adecuado para ti.
Pero en general una clase bien preparada y estructurada comenzará con un calentamiento, que puede incluir (o no) asanas o vinyasas de Yoga, juegos (para romper el hielo, para entrar en calor, para ganar confianza…), ejercicios preparatorios (de fuerza, movilidad, flexibilidad, integración, equilibrio…). Continuará con la explicación de una serie de posturas y/o transiciones de AcroYoga, de forma progresiva desde algo más sencillo a algo más complejo, ofreciendo variaciones y alternativas según sea necesario. Idealmente, tendrás tiempo para practicar estas posturas y transiciones como base, volador/a y cuidador/a, aunque nunca será obligatorio basear y volar todo lo explicado, solo aquello con lo que tú te sientas a gusto. Una clase puede incluir además contra-balances, yoga en pareja, ejercicios de verticales o handstands, ejercicios de spotting, proceso creativo… Para terminar, una clase redonda incluirá algo para volver a la tierra, calmar los cuerpos y las mentes después de la excitación acrobática: masaje tailandés, estiramientos o ejercicios de relajación.
Con suerte, tu primera clase de AcroYoga será el inicio de un viaje infinito a un mundo nuevo de sorpresas, risas e ilusión, de nuevos amigos y nuevas formas de relacionarte, y de una comprensión más profunda de ti mismo/a. Un/a buen/a profesor/a, más allá de títulos o certificaciones, debería ser capaz de llegar al corazón de sus alumnos/as, de crear un espacio seguro para la práctica, de transmitir su pasión y de ser capaz de adaptar sus enseñanzas a las particularidades de cada clase.
Un pequeño recordatorio rápido:
- No necesitas venir con pareja, interactuarás con muchas personas a lo largo de la clase.
- Reconoce tus límites, trabaja con consciencia para evitar hacerte daño a ti o a tus compañeros/as.
- No te frustres si no eres capaz de hacer todas las posturas o secuencias de la clase: ¡es totalmente normal!
- ¡Cuidado! Puede crear adicción.
¿Qué tipo de ropa debería usar para hacer AcroYoga?
Para hacer AcroYoga basta ropa cómoda que te permita el máximo rango de movimientos, y que no entorpezca ni tenga riesgo de quedar enganchada en tu pareja. Normalmente la ropa de Yoga es una buena opción (aunque con el boom de la moda para Yoga, hay algunos “modelitos” con correas, cordones, o transparencias que yo evitaría), pero cualquier ropa deportiva/cómoda puede servir (incluso hay algunos acroyogis bien famosos que practican en pantalones vaqueros…).
Algunas recomendaciones generales:
- Evita pantalones con bolsillos o cinturones donde puedan engancharse los pies.
- Evita tejidos que resbalen.
- Sobre todo si quieres volar, las prendas ajustadas suelen ser más prácticas. Ten en cuenta que a menudo estarás en posturas invertidas (cabeza abajo y con las piernas en el aire) y piensa cuánta anatomía quieres enseñar.
- Lleva el pelo largo recogido, y evita usar pinzas o elementos o adornos que puedan engancharse.
- Asegúrate de que tus pies están limpios, y que llevas las uñas bien cortadas y/o limadas.
- Evita pendientes, collares y pulseras: pueden engancharse durante la práctica y romperse o provocar una lesión.
- Evita el uso de cremas hidratantes o perfumes fuertes antes de la clase.
¿Necesito llevar algo para la clase? ¿Necesito prepararme de algún modo?
En principio no. Puede ser una buena idea que lleves una botella de agua y una toalla para el sudor. Si la clase (o la jam) es al aire libre, mejor si puedes traer tu esterilla.
Es recomendable no hacer una comida copiosa antes de practicar AcroYoga (es probable que vayas a estar cabeza abajo). Una pieza de fruta o algo ligero no es ningún problema, pero mejor tener la digestión hecha.
El único prerrequisito es no venir a clase con ideas preconcebidas de qué serás capaz de hacer y qué no. ¡Déjate sorprender!
¿Qué significa “volador/a”, “base” y “spotter”?
La persona que hace el rol de base es quien sostiene a la persona que hace el rol de voladora. La base puede estar tumbada en el suelo (L-basing, belly-basing…) o de pie (standing) o sentada, y puede sostener al/a la volador/a en sus pies, manos, espinillas, muslos, hombros…. ¡Hay miles de combinaciones!
La persona que hace el rol de voladora es quien es levantada del suelo, a menudo dejándose llevar por los movimientos marcados por la base. Las personas base y voladora co-crean y construyen juntas, se dan apoyo mútuamente, están en balance y armonía.
La persona (o personas, dependiendo del momento y técnica a cuidar) que hace el rol de cuidadora (spotter) es el principal sistema seguridad para realizar las posturas y transiciones. Se encarga de que la persona voladora no caiga (o de cogerla si se cae), de ayudar a la base a recuperar su centro, de detectar si hay desalineaciones, y en general, de dar su apoyo. “Spottear” es todo un arte más difícil de lo que parece. Es el rol más importante, aunque no salga en las fotos y vídeos.
Quiero volar pero creo que peso demasiado o soy demasiado grande.
¡Puedes aprender cualquier postura que quieras! El AcroYoga es para todas las formas y tamaños. Es probable que necesites encontrar a una persona de más peso y/o más alta que tú, o a alguien con más experiencia, para que te haga de base. Sin embargo, es más importante tu consciencia corporal, que sepas mantener tu cuerpo integrado y activo, y que tus movimientos sean suaves y fluidos, que tu peso o tu altura.
Recuerda: el/la volador/a no se preocupa por su peso, es responsabilidad de la base reconocer el límite del peso que puede manejar.
Quiero hacer de base pero creo que soy demasiado pequeño/a o que no tengo suficiente fuerza.
¡Tonterías! Como base será importante que pruebes las figuras o transiciones nuevas con alguien que es de tu mismo tamaño o menor (menos peso y/o altura), especialmente cuando el peso vaya a ir en las manos. En AcroYoga es más importante la técnica que la fuerza, buscando trabajar de forma “inteligente”, tomando conciencia de las “líneas de poder” o de carga, utilizando la fuerza de la gravedad, las palancas naturales del cuerpo, los contra-balances… El desarrollo de la fuerza es una consecuencia de la práctica, no un prerrequisito, y según vayas ganando técnica, serás capaz de basear a personas de más tamaño que tú.
¿Es el AcroYoga peligroso? ¿Qué pasa si me caigo? ¿O si se me cae alguien?
Practicado con atención y consciencia, trabajando con spotter (cuidador/a), siguiendo unos principios básicos (de bastante sentido común), e (idealmente pero no imprescindiblemente) con la supervisión de un/a buen/a profesor/a, el AcroYoga NO es peligroso.
Sí que es verdad que hay cierta sensación de peligro, un puntito de miedo ante ciertas posturas o transiciones, que es parte de lo que hace que el AcroYoga sea un pelín adictivo: un chute de adrenalina y una montaña rusa para tu sistema nervioso central.
Base, volador/a y cuidador/a son responsables de crear juntos un contexto de práctica seguro: un espacio apropiado (idealmente con suelo de tatami para absorber los impactos), libre de obstáculos como muebles, lámparas o columnas; una comunicación clara; atención plena y consciencia durante la práctica; sinceridad y honestidad a la hora de reconocer las propias limitaciones; respetando las progresiones, entrenando las partes “aburridas” y trabajando de forma inteligente; y por supuesto, sin alcohol ni drogas.
En las clases trabajamos siempre con spotters, y aprendemos los movimientos de forma progresiva, aumentando la dificultad desde unos cimientos sólidos.
En las clases también se aprender a caer de forma segura, porque incluso con spotter y con todo el cuidado del mundo, las caídas ocurren. Caer y volver a levantarse es parte del proceso. También se enseña a cómo reaccionar cuando alguien se cae, o cuáles son las caídas o los riesgos más típicos en una postura o movimiento. De este modo, las caídas suelen ser controladas, minimizando el riesgo de lesiones o de hacerse daño, y a menudo, fuente de risas.
¿Pueden hacer AcroYoga los/as niños/as? ¿Puedo traer a mis hijos/as a clase de AcroYoga?
El AcroYoga con niños es increíble. Hay un montón de figuras y movimientos que son súper divertidos, fáciles y apropiados para niños de (casi) cualquier edad, y a la gran mayoría les encantará. Sin embargo, las clases para adultos suelen ser eso, para adultos, y a menudo la estructura y el contenido no serán apropiados para niños. Consúltalo siempre con tu profesor/a, tal vez te pueda recomendar alguna clase de AcroYoga en familia o AcroYoga para niños.
¿Qué es una Jam? ¿Es una clase gratis? ¿Por qué debería ir a Jams siempre que pueda?
Una Jam es un encuentro informal para practicar AcroYoga. Es una oportunidad para practicar la última secuencia que has aprendido en clase, o algo que has visto en Instagram o YouTube, compartir tus trucos con otras personas, conocer a otros acroyogis, nutrir la comunidad… Y sobre todo, de jugar como niños: sin estructura, ni competición, simplemente por diversión, por el propio placer de moverte, jugar y compartir.
Una Jam NO es una clase. Seguramente vas a aprender cosas, y seguramente te vas a encontrar con personas que estarán encantadas de enseñarte. Y aunque ir a Jams es la mejor manera de mejorar en tu práctica de AcroYoga (¡se aprende y mejora practicando!), las Jams no sustituyen a las clases, que es donde vas a aprender a trabajar con seguridad, con confianza y con cierta estructura lógica.
Las Jams a menudo son al aire libre, en parques o en la playa. Cuando son en una sala o espacio cerrado, a veces se pide una pequeña aportación para los gastos del alquiler del espacio.